A quienes piensan que los jefes de Estado tienen gustos gastronómicos complejos e imposibles de descifrar, les decimos que los mandatarios son más fáciles de complacer a la hora de la comida que un voraz muchachito de 15 años. La mayoría de los gobernantes de América latina y el mundo eligen un buen pollo asado o abundantes fideos a la crema antes que cualquier plato complejo y minimalista. Aquí les contamos cuáles son los manjares preferidos de ocho presidentes.
1. Evo Morales toma la sopa
El presidente de Bolivia, que hace unos días acusó al pollo y a la Coca Cola de generar homosexualidad y calvicie, tiene pasión por una buena lagua de maíz jankakipa, una suerte de sopa autóctona que lleva harina de maíz amarillo, carne vacuna o de gallina, ají colorado, papas, arvejas, zanahorias, orégano, perejil y especias.
2. Hugo Chávez ama a un roedor
El mandamás venezolano es fanático de la carne del roedor más grande que existe sobre la Tierra, el Capibara, también llamado Chiguire. Cada vez que Hugo Chávez viaja a otro país, la comitiva de recepción sabe que el mejor agasajo posible es prepararle esta carne de roedor guisada, muy consumida en el país bolivariano.
3. Cristina y una pasión: las mollejas
La primera dama argentina tiene una pasión especial por las mollejas a la parrilla, aunque trata de medirse para cuidar la silueta. Hace unos meses, Cristina Fernández de Kirchner también alabó la carne de cerdo y afirmó que su ingesta mejora la actividad sexual. "Es mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar Viagra", dijo.
4. Pepe Mujica, con la pizza a todos lados
Los platos preferidos del presidente de Uruguay en general pasan por las manos de su mujer, Lucía Topolansky, que le cocina pizza a cualquier hora del día, pero también pascualinas, pasteles y empanadas. Según la esposa del "Pepe", nunca falta un vinito en la mesa de los Mujica.
5. Lula da Silva: ¡Comida!, pero con cachaça
Nadie ha podido descubrir cuál es el platillo preferido del presidente de Brasil. Sin embargo, en una entrevista reciente, cuando se le preguntó cual era su comida favorita, Lula respondió en consonancia con sus orígenes humildes: "¡Comida!". Lo que sí es de público conocimiento es que lo vuelve loco la cachaça. De hecho, un corresponsal del New York Times en Brasil desató un reciente escandalete cuando lo acusó de ser "demasiado" aficionado a la bebida.
6. Felipe Calderón: carne asada
El presidente de México no tiene dobles sentidos cuando se trata de comer. Su plato preferido es la carne asada y su bebida el tequila blanco. Su comida chatarra favorita son los cacahuetes salados. Ahora, si lo quieren agasajar, no le sirvan jamás hígado ni menudencias, ya que lo ponen de pésimo humor.
7. Alan García: arroz con pato
Nada de combinaciones extrañas para el hombre que rige los destinos del Perú. Alan García sólo pide un platillo cuando llega el momento de la cena: arroz con pato. Quienes lo rodean lo han visto ingerir cantidades industriales de esta comida.
8. Obama se pierde por el fast food
Cada vez que su agenda le deja un hueco, el líder del país más poderoso del mundo cruza la calle y se va a comer una hamburguesa con alguno de sus colaboradores. Entre los platos preferidos del presidente de Estados Unidos figuran también los huevos revueltos, hash browns (papas y cebolla doradas en la sartén) y salchicha o tocino.
9. Rafael Correa: arroz y cebichito
El presidente de Ecuador tiene un gusto bastante variado a la hora de sentarse a la mesa. Adora el arroz con menestra y chuletas -una comida tradicional de ese país-, aunque también se suele emocionar si lo sorprenden con un seco de pollo y cebiches con mariscos bien curtidos en limón.
10. Fernando Lugo: vori vori de gallina casera
El presidente de Paraguay pierde la cabeza cuando le ponen adelante un vori vori de gallina casera, una sopa tradicional guaraní que lleva presas de pollo, cebollas, pimientos, tomates, comino y curry. La creencia popular paraguaya es que un buen vori vori cura cualquier resfrío
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